El Fondo va por más ahorro

13 agosto, 2019 • Ciudad de México
El Fondo va por más ahorro

En los primeros siete meses del año, el Fondo de Cultura Económica (FCE) redujo su costo 30%. “Todavía no es suficiente y en el caso de Educal, tampoco”, dice el director del sello público Paco Ignacio Taibo II. El escritor se ha propuesto reducir al máximo el gasto en la paraestatal; el siguiente paso, afirma, tendrá que ver con la modificación de las estructuras administrativas: “¿Por qué hay que hacer siete memorandos antes de llegar a una decisión?, vamos simplificando”, dice.

Taibo II sigue implantando su antisolemnidad en el sello: “Si no tiene sentido del humor, absténgase de entrar a esta oficina”, se lee sobre la puerta. Dice que le aburre estar combatiendo rumores y que ha sido transparente desde que llegó a la oficina de Picacho-Ajusco. En todo caso, algunas declaraciones le han acarreado problemas pero él, se jacta de que en seis meses logró vender medio millón de ejemplares, de los casi 9 millones que el FCE mantenía en sus bodegas.

Sigue convencido de que viajar a Fráncfort “es un absurdo” y que fue mejor decisión poner ese dinero en apoyo a las ferias de Guatemala, Bolivia, Ecuador y Argentina, también en la feria del libro infantil de Bolonia, literatura en la que el Fondo aún conserva derechos universales. Para el resto, “no teníamos fuerza este año, incluso no habíamos hecho la revisión profunda de qué derechos internacionales todavía maneja el Fondo, es otra de las sorpresas: del supuesto mercado del Fondo, la mitad de los derechos están perdidos, no se renegociaron y están muertos”.

-¿Cuándo se perdieron? “A lo largo de 30, 40, 50 años, ve tú a saber, no se renegociaron, a nadie le tomo cuidado o yo qué sé. El Fondo era un lugar lleno de puntadas y gastos innecesarios”. La adecuación del gasto que el FCE hacía en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara y el que la Dirección General de Publicaciones (DGP) realizaba en la organización de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), han permitido los ahorros de Taibo.

En la FIL, dice, “vamos a tener 12 presentaciones, programas de apoyo a la lectura, una presencia normal; quitamos el patrocinio oro, los anuncios, los cocteles y los hoteles caros. Sobre la FILIJ, “no hay discusión, claro que va”. Al final se ha impuesto su idea: llevarla nuevamente al Cenart y realizar otra feria alterna en Mérida; para la de Torreón, que también se había planteado, no alcanzó.

En la creación de la colección Vientos del pueblo; la renovación de la Colección Popular, la velocidad para reimprimir títulos agotados y la renovación de la red de librobuses, Taibo ve sus mejores logros. En diciembre, dice, pondrá sobre la mesa la experiencia del primer año para reprogramar el próximo.

-¿Cómo se medira el impacto de la estrategia? “Tendremos que aprender a hacer encuestas, estuvimos hablando con el INEGI para modificiar el sistema con el que se mide el nivel de lectura, nos dijeron si; en eso estamos”.

Cortesía: El Heraldo de México

Comentarios