Mana Lau Kong solo necesitó un lanzamiento para darle a Hawái su tercer campeonato de la Serie Mundial de Pequeñas Ligas.
Ante un equipo de Corea del Sur que no había permitido cuadrangulares en todo el torneo, Kong mandó el primer pitcheo del encuentro al fondo del jardín central. Sus compañeros lo esperaron en la registradora como si se tratara del batazo de la victoria. Y al final lo fue.
“Fue genial”, dijo el abridor Ka’olu Holt. “Porque sabíamos que era difícil pegarle a ese lanzador”.
La novena de Honolulú toleró solo tres carreras en toda la Serie Mundial, blanqueando a cuatro de sus cinco oponentes y recetando 53 ponches en 34 innings.
Holt lanzó toda la ruta (79 pitcheos), admitiendo apenas dos imparables.
En la parte baja de la segunda entrada, los estadounidenses se fueron en blanco a pesar de tener la casa llena sin outs, por lo que el mánager Gerald Oda apostó por ser más agresivo.
Así fue como un inning más tarde Zachary Won anotó el 2-0 gracias a un wild pitch. En la misma jugada, Oda mandó también a Taylin Oana al plato, aprovechando un descuido del pítcher Kim Yeong-hyeon, para el 3-0.
Seúl, Corea del Sur, ha jugado en tres de las últimas seis finales en Williamsport, pero solo ha ganado una (2014). En 2016 cayeron frente a Nueva York.
Se trató del primer título para Honolulú, pero el tercero para Hawái, que se coronó en 2005 y 2008.— AP
