La cantante estadunidense Madonna, que ayer cumplió 58 años, celebró el día con un paseo por las pintorescas calles de La Habana Vieja, que también recorrió a bordo de uno de los clásicos coches de época que circulan por la ciudad, conocidos como «almendrones», además hizo el «trenecito» y hasta se subió a una mesa para bailar al ritmo del candente ritmo cubano, según las fotos y videos que se han difundido en las redes sociales en las últimas horas.
Envuelta en un gran chal blanco conjuntado con un largo vestido estampado y tocada con un sombrero de paja y gafas de sol, la «ambición rubia» logró esquivar a la prensa y paseó por las calles del casco histórico habanero, aunque dada la comitiva de amigos y seguridad que la rodeaba, no logró pasar desapercibida.
Madonna se encuentra en Cuba en visita privada desde la tarde del lunes acompañada por un grupo de familiares y amigos entre los que se encuentran su hija Lourdes León, el fotógrafo Steven Klein y el bailarín y modelo Loic Mabanza.
La artista, que se aloja en el histórico y lujoso hotel Saratoga, comenzó este lunes las celebraciones de cumpleaños con una cena en un céntrico restaurante.