Se niega farmacéutica a que utilicen una de sus drogas para ejecuciones

12 julio, 2018 • Estados Unidos
Se niega farmacéutica a que utilicen una de sus drogas para ejecuciones

Scott Dozier, un hombre condenado por doble asesinato que quiere morir en lugar de pasar su vida en prisión, estaba a una hora de comer su última comida el miércoles cuando descubrió que una jueza de Nevada, en Estados Unidos, retrasó indefinidamente su ejecución después de que una compañía farmacéutica se opuso a que una de sus drogas sea usada para matar a alguien.

En lugar de llevar a cabo la que habría sido la primera ejecución en Nevada desde el 2006, los funcionarios estatales anunciaron que deberán volver a evaluar sus opciones.

Scott Raymond Dozier, de 47 años, fue puesto bajo vigilancia como medida de precaución para que no se suicide en la prisión estatal de la ciudad nororiental de Ely antes de regresar al corredor de la muerte. Dozier también fue puesto bajo vigilancia luego de que su ejecución fuera pospuesta en noviembre.

El sujeto estaba con familiares y dos amigos cercanos cuando descubrió que la ejecución había sido pospuesta, dijo su abogado Thomas Ericsson. El abogado dijo que Dozier no se sorprendió porque sabía que la demanda de última hora de la compañía farmacéutica Alvogen podría cambiar las cosas.

Dozier, que fue condenado en el 2002 a la pena capital, dijo en el pasado que prefería la pena de muerte a vivir tras las rejas.

El sujeto fue encontrado culpable del asesinato de Jeremiah Miller, un joven de 22 años cuyo cuerpo mutilado y sin cabeza fue encontrado en abril del 2002 en una maleta dentro de un basurero a varias kilómetros del centro de Las Vegas.

La ejecución, originalmente prevista para el 16 de octubre del 2017, fue postergada para el 14 de noviembre y, luego, suspendida indefinidamente.

Estos diferimientos no respondían a solicitudes de Dozier, quien en el 2016 anunció que no presentaría más apelaciones en su caso sino que se relacionaban con una disputa legal y médica acerca del método que utilizarían para ejecutarlo.

Durante el juicio, los abogados de Dozier presentaron a Miller como un traficante de droga que estaba intentando meterse en el negocio de las metanfetaminas.

Los investigadores concluyeron que Dozier se había ofrecido a ayudar a Miller a conseguir los ingredientes para preparar la droga pero, en lugar de ello, lo había matado para robarle 12 mil dolares.

Después su arresto por la muerte de Miller, Dozier fue inculpado por la de Jasen Greene, un hombre de 26 años cuyo cadáver fue hallado desmembrado y enterrado en el desierto de Arizona. Por ello fue enviado a Phoenix, donde fue enjuiciado y condenado a 22 años de cárcel.

Dozier siempre ha negado haber sido responsable de esta segunda muerte.

Según su relato, a petición de una amiga él dio alojamiento a Greene en el tráiler que usaba para preparar las metanfetaminas. Un día, al llegar allí, lo halló muerto pero decidió enterrarlo en lugar de avisarle a la policía para evitar que descubrieran su negocio con la droga.

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