Más allá de un escenario adverso por inseguridad, la prueba de fuego que enfrentará el Instituto Nacional Electoral (INE) en los comicios hacia la Presidencia de la República en 2018, será la amenaza de boicot de las votaciones por grupos sociales, reconoció Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del órgano electoral.
“Vuelvo a insistir: muchas de esas demandas son legítimas y justificables desde una perspectiva de derechos fundamentales; el problema es cuando la lucha de estas demandas se aprovecha del discurso del boicot de las elecciones, y entonces se convierte en una, digamos, en una serie de actuaciones que son contrarias a la reflexión de la democracia, y pierden legitimidad democrática”, aseguró Córdova Vianello durante la conferencia Balance y perspectivas de la Reforma 2014 a dos años de su creación, tras la inauguración del Diplomado de Derecho Electoral.
Durante su exposición, el consejero electoral consideró este tema no sólo como una preocupación, pues admitió el desinterés de la participación de la ciudadanía como funcionario de casilla, que podría ser otro factor que deben prever y resolver antes de 2018.
“En 2015 identificamos ya dos temas no menores en términos de capacitación electoral: el índice de rechazo de ciudadanos de ser funcionarios de casillas fue el más alto en la historia, pues se incrementó 30% respecto de las elecciones federales previas; el trabajo para convencer a los ciudadanos de ser funcionarios de casilla se incrementó en un dato objetivo, la primera visita.
“El tiempo de la primera visita aumentó 30%, esos son los dilemas con los que vamos a tener que operar, la convocatoria más grande en la democracia mexicana en 2018”, detalló el consejero electoral.
Córdova Vianello también consideró que las elecciones presidenciales de 2018 representarán la prueba de medición de la eficiencia de la Reforma Político-Electoral aprobada en el Congreso de la Unión en 2014.
