En que estamos envueltos en Tamaulipas, es simple, una guerra por el poder, el que quiere ganar y el que quiere mantenerse.
Una competencia tan cerrada compromete a los participantes a acciones desesperadas por avanzar en territorio, ganar puntos y lograr ese escaño de mayor poder, a costa de lo que sea, y lo digo por las retorcidas acciones ya vistas, que toman un rumbo peligroso con tácticas embrutecidas.
Las campañas negativas, cuyo objetivo es vencer a los opositores, se han convertido en prácticas recurrentes, a pesar de las restricciones legales. Este tipo de artimañas generalmente son para hablar en contra del contendiente, en lugar de hablar sobre las fortalezas o propuestas propias. Por un lado, en el ataque y la denostación de los adversarios, por otro lado, la estrategia del miedo, pero que tal el uso del dolor y el placer como forma, por una parte, de atraer votantes y, por la otra, de retirárselo a los opositores, no me vaya a decir que de esto no se están valiendo en Tamaulipas ¿A poco todavía cree que hay un santito que quiere gobernar? Lamento decirle, que esto no es un proceso de canonización, si no electoral, una pugna por el poder.
Hace seis años, Tamaulipas se conmocionó por el asesinato de Rodolfo Torre Cantú el entonces Candidato a la gubernatura por el PRI, a las afueras de la zona urbana de Ciudad Victoria rumbo al aeropuerto, fue un 28 de Junio de 2010 faltando pocos días para la jornada electoral, situación que nos puso a la incómoda vista en un plano nacional e internacional; pues este sábado, coincidentemente 28 pero de Mayo, también en la cercanía de la ciudad y a unos días de la culminación del proceso electoral se registra la privación ilegal de la libertad del reconocido futbolista Alan Pulido, hecho que no solo sacudió a nuestra entidad, también ha acaparado la atención a nivel nacional e internacional, hecho que afortunadamente terminó en rescate.
De nuevo Tamaulipas señalado por la complicada situación de inseguridad y en plena recta final de un proceso político, lo que más duele es que los propios, es decir, los mismos tamaulipecos se expresen de una manera tan fría ante el hecho, ignorando que se trata de la desaparición de un ser humano, un talento de nuestra tierra y que además tiene a seres queridos que están sufriendo, pasando por una situación tan delicada, tan sensible como seguramente lo han padecido aquellas familias de muchos desaparecidos o personas secuestradas en nuestro estado. Por lo anterior, es difícil entender porque los comentarios en espacios como las redes sociales, la mayoría se centran y se aferran a tomarlo como una excusa de reclamo al actual gobierno o relacionarlo con uno u otro candidato, siempre para atacar, para denostar, para lastimar; simplemente no hay justificante, ni para que sea un hecho aprovechado a favor o en contra ni por políticos, ni por ningún otro personaje ¡No se vale!. No le digo, Puras Charadas.
