La policía antidisturbios arrojó gas lacrimógeno contra varios aficionados ingleses y rusos en el histórico puerto antiguo de Marsella, apenas horas antes del partido entre Inglaterra y Rusia por la Eurocopa.
Fue el tercer día seguido en que la policía francesa debió emplear gas lacrimógeno para dispersar a cientos de aficionados reunidos en los bares y cafés de la zona del puerto de la ciudad mediterránea.
Fanáticos ingleses y rusos se enfrentaron lanzándose sillas.
Los brotes de violencia arruinaron una jornada que había comenzado con tranquilidad a la espera del partido en el estadio Velódromo.
Una exhortación de la UEFA a los aficionados para que se comporten resultó en vano. El organismo regente del futbol europeo expresó que «confía en que las autoridades locales que son responsables por mantener el orden en la ciudad podrá garantizar la seguridad de los fanáticos visitantes».
