Ganó el hartazgo, la población acudió a las urnas y se hizo escuchar, dando un ejemplar castigo a quienes se han burlado del voto de confianza que les han entregado en anteriores periodos electorales.
En los resultados preliminares ya se logra analizar un incremento en la participación del electorado, en el 2010 solo el 44 por ciento del padrón electoral participó, este pasado 5 de junio rebasó el 56 por ciento, tal vez no sea una cifra ejemplar, pero el incremento es digno de destacarse.
Tamaulipas después de 80 años de priismo optó por dar la oportunidad al panismo, con una mayoría en alcaldías y diputaciones, ahora la oposición que a partir de Octubre ya no lo será, se enfrentará a una administración donde el pueblo tiene grandes expectativas y la esperanza depositada en ver un cambio importante en la entidad.
A Baltazar Hinojosa le tocó pagar los platos rotos, no pudo con la enorme carga de un partido como el PRI con tanto desgaste, fuertes reclamos heredados de los anteriores gobernadores en Tamaulipas y de la actual administración estatal, además del mal desempeño de algunos alcaldes en turno y un gobierno federal con poca aprobación ciudadana, todo esto en un tiempo donde la población se mostraba cansada de darle la oportunidad a gobernantes soberbios que han perdido el rumbo, pasaron de ser servidores públicos a sentirse propietarios de Tamaulipas, es decir, se enfermaron de poder.
No solo sucedió en nuestro estado, Manlio Fabio Beltrones y el PRI a nivel nacional están recibiendo un revés de la población y no dudo que de su propia estructura, les han llenado las urnas del llamado voto de castigo, pintándoles un camino más complicado hacia el 2018; mientras que Ricardo Anaya Cortés está dando la sorpresa con el PAN que le asegura una posición privilegiada rumbo a la lucha por los pinos. Otro proceso electoral que ya está muy cerca y se vislumbra muy reñido, lo mejor para la ciudadanía es que obliga a los que han sido elegidos a entregar buenas cuentas.
A Francisco García Cabeza de Vaca lo conozco desde hace más de una década que fue candidato y luego alcalde de Reynosa, un servidor realizaba su trabajo periodístico desde esa ciudad, nos consta como su administración municipal empezó muy bien, con programas ambiciosos y modernos para ese tiempo. Sin embargo, para la mitad de su gobierno, se concentró más en el pleito con el entonces gobernador de Tamaulipas Eugenio Hernández Flores y cayó en cada provocación de los operadores del PRI, a veces enredado en pugnas estériles. Ahora con una mayor responsabilidad como es tomar las riendas de Tamaulipas, esperamos que regrese con mayor madurez política que le ha dado su propia trayectoria.
El Chivatazo: ¿El PRI guardará silencio sobre las traiciones evidentes que tuvieron? personajes que se decían tricolores y ahora traen fiesta pintada de azul. No le digo, Puras Charadas.
