Todavía ronda el tema de la incredulidad sobre lo sucedido en Tamaulipas, argumentando que están conscientes del hartazgo de la población por los malos gobiernos priistas pero luego insisten que el triunfo contundente del Panista fue gracias a negociaciones en las altas esferas del poder; esto ya lo hemos mencionado en varias ocasiones, pero ahora lo recuerdo debido a que muchos políticos con cualquier motivo traen a colación la alta traición en el priismo.
En esa insistencia de encontrar más elementos que les aclaren «el sospechosismo» sobre los arreglos políticos para entregar la entidad al panismo, pues ahora resulta que estos políticos preferirían un ambiente de degradación de la política hasta llegar al salvajismo tal como sucedió en el estado vecino de Veracruz donde el dirigente del PAN Ricardo Anaya, el gobernador electo y otros connotados panistas, acusaron al gobernador priista en turno de enviar gente a golpearlos debido a que no han accedido a negociar un «paquete» de salida del actual mandatario estatal y con ello dar paso a seguir con lo mismo, tapar una serie de actos delictuosos y de corruptelas que pudieran haber cometido los actuales gobernantes, situación que no sería nueva pero insoportable para estos tiempos.
Todo viene a raíz de que en Tamaulipas el actual mandatario Egidio Torre Cantú y el Gobernador electo Francisco García Cabeza de Vaca se han manejado en cordialidad desde hace un buen tiempo, trato que ha sido motivo de sospechas; y no se diga las últimas reuniones sostenidas entre ambos personajes, han desatado una gran cantidad de especulaciones sobre hasta donde intervino o no el actual gobernador, para que se obtuvieran los resultados electorales ya conocidos.
Creo que para todos queda claro que hay interés común sobre que se obtenga una transición de poder con madurez política que permita seguir transitando a Tamaulipas, será mezquino aquel que desea «sangre» como ya sucedió en Veracruz.
Tamaulipas no se merece una transición de gobierno que se convierta en una negociación a modo para encubrir las retorcidas y añejas prácticas de corrupción que tanto han dañado la sociedad, pero tampoco nos merecemos que se transforme en una manifestación de salvajismo político traído por rencores o en una estéril cacería de brujas.
Tamaulipas merece a personajes con madurez que hagan política de altura pero con mucha sensibilidad para no olvidar nunca el objetivo de estar en esos espacios de gobierno, que es realizar una función de servidor público, que desafortunadamente se perdió, se enfermaron de poder y convirtieron los puestos políticos en el mejor negocio familiar.
El Chivatazo: que la última semana del mes de Julio se instalarán de lleno en ciudad Victoria el equipo del Gobernador electo, además del trabajo de entrega-recepción, también tendrán que definir los acomodos en el gabinete estatal a raíz de los acuerdos y cuotas de poder; eso sí, me dicen que el primer equipo está cargado de chilangos. No le digo, Puras Charadas.
