Los hechos de inseguridad han pegado fuertemente a los ciudadanos, de tal forma que para la iglesia católica es importante llevar consuelo a todas las familias que actualmente necesitan de apoyo moral.
El Obispo de la diócesis de Nuevo Laredo Enrique Sánchez Martínez destacó que a los sacerdotes hasta el momento no los han tocado o al menos no ha sabido de casos en donde las víctimas sean los padres, pero por el contrario lo que sí se ha enterado es de muchas familias que han perdido seres queridos y viven en un constante clima de violencia.
Señaló que en lo que corresponde a su dirección hay 4 seminaristas capacitándose en Matamoros, mismos que enviará a las parroquias más afectadas en la zona de la Ribereña, como Mier, Guerrero y dos en Miguel Alemán.
“Los voy a mandar ahí para que ellos se pongan la sotana y vayan a visitar casa por casa, a consolar a la gente, leer la palabra de Dios, llevar algún temita, organizar algún grupo en una casa, como un apostolado y como una contribución nuestra de acompañamiento con la gente que sufre”.
Aprovechó para insistir a toda la comunidad católica a no dejar de lado las oraciones para que vuelva la paz a todo el territorio Tamaulipeco y que las familias estén más unidas.
