Al menos 37 personas, entre ellas seis niños, murieron este lunes al estrellarse un avión de carga turco en una zona poblada cuando intentaba aterrizar en el aeropuerto capitalino de Biskek en Kirguistán, exrepública soviética de Asia Central.
El Boeing-747, procedente de Hong Kong (China), se precipitó contra el suelo en medio de una espesa niebla cuando se acercaba al aeropuerto Manas a las 7.40 locales, informó el ministerio kirguiso de Situaciones de Emergencia.
El aparato, de la compañía aérea turca ACT Airlines, debía hacer una escala en Biskek para continuar después viaje hasta Estambul, su destino final, precisaron las autoridades aeroportuarias.
«Al menos 32 personas, entre ellas cuatro pilotos, murieron» en el siniestro y otras ocho personas resultados heridas y fueron hospitalizadas, señaló a la agencia AFP un portavoz del ministerio kirguiso de Salud.
Los servicios médicos de emergencia precisaron que había seis niños entre las víctimas, en su mayoría residentes de la localidad vecina de Dacha-Suu, donde cayó el aparato.
El avión se estrelló en el corazón de ese pueblo cercano al aeropuerto y el posterior incendio del aparato dañó un total de 43 casas, 15 de las cuales resultaron totalmente destruida, según el ministerio de Situaciones de Emergencia.
Los socorristas llevaban a cabo una operación de rescate «a gran escala», precisó la misma fuente.
Numerosos equipos de bomberos, médicos y socorristas fueron enviados al lugar de la tragedia, donde el ministerio de Situaciones de Emergencia instaló tiendas de campaña para acoger a los damnificados cuyas viviendas se vieron dañadas, con temperaturas de 2ºC bajo cero en la región.
«El avión se estrelló sobre las casas y mató a familias enteras», relató a la agencia AFP un testigo del accidente que no quiso dar su nombre. «No quedó nada de las casas, la gente murió con sus hijos, muchos estaban durmiendo», agregó.
Todos los vuelos fueron cancelados en el aeropuerto Manas de Biskek hasta nuevo aviso.
El presidente kirguiso Almazbek Atambaiev expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y dio orden al gobierno de «investigar concienzudamente qué originó la tragedia», según un comunicado de la jefatura del Estado.
