La 89′ edición del Oscar se cerró con el error más terrible de la historia de los premios.
Todo el equipo de La La Land había subido al escenario para recoger el galardón a la mejor película.
Resultó, sin embargo, que había ganado otro filme; Moonlight.
Fue justo uno de los productores del musical, Fred Berger, quien anunció lo increíble. Y mostró un sobre, que le pasó un realizador, que revelaba el nombre del auténtica triunfador, el filme de Barry Jenkins.
«No es una broma», repitió varias veces Berger, porque costaba asumir que realmente aquello estuviera ocurriendo.
Pero así fue. El error se debió a un papel equivocado. Warren Beatty y Faye Dunaway, encargados de entregar el premio a la mejor película, abrieron el sobre que tenían entre sus manos y se encontraron con un papel que llevaba el nombre de Emma Stone, intérprete de La La Land.
Por eso ambos creyeron que el filme de Chazelle era el ganador final, y así lo dijo la actriz en voz alta. Y marcó un punto de no retorno en la historia de la gala.
