Por: Gabriela Villalobos
A pesar de la barda perímetral que rodea la instalaciones del Cetis 78 en Altamira, los vendedores ambulantes se las ingenian para seguir comercializando sus productos entre la población estudiantil.
Arriba de neveras, mesas, sillas, escaleras, taras o bancos, los oferentes ofrecen todo tipo de chucherías a los estudiantes del plantel, sin que haya autoridad que ponga un orden.
Y es que además, utilizan la barda del plantel como exhibidor, donde se puede apreciar desde vasos de trolelotes, papas, dulces, entre otros productos que son los más solicitados por los alumnos.
Cabe señalar que podría resultar peligroso para el alumnado que los vendedores de esta forma tengan acceso al interior del plantel, por lo que las autoridades educativas deben tomar cartas en el asunto, ya que estos no sólo venden durante la entrada o salida de los estudiantes, sino a toda hora.