Muere el campo de Altamira; por la falta de rendimiento 8 mil has de frijol soya serán “tumbadas”
Gabriela Villalobos
Los cultivos de soya que lograron sembrarse en el municipio de Altamira están siendo «tumbados» por los productores, debido a que la planta no creció por la falta de agua.
Agricultores de ejidos como Benito Juárez, Cervantes, Los 400, El Fuerte, Miradores, Margaritas, entre otros, optaron por eliminar las plantaciones debido a que no se desarrollaron los cultivos y prefirieron eliminarlo a seguir gastando en fertilizantes.
El productor del ejido Benito Juárez, Dimas Rodríguez indicó que la situación del campo es muy complicada, pues a la prolongada sequía se sumó la eliminación de apoyos por parte de la federación y su única esperanza es comprometer sus cosechas a empresas graneleras para poder asegurar la venta.
«Es muy grave la situación, hace como unos 20 días que se tuvo un poca humedad, hubo quienes nos aventamos a sembrar, pero el cultivo no se estableció porque lo que llovió no fue suficiente para que las plantas se desarrollarán, no crecieron, entonces ahorita se está tumbando todo lo que se sembró porque no iba a tener rendimiento y no tenía caso seguir invirtiéndole recursos».
Indicó que por hectárea mínimo invirtieron 8 mil pesos en la compra de la semilla, preparación de la tierra y fertilizantes, sin embargo los resultados no fueron los esperados.
Señaló que ellos pidieron al gobierno federal que les dejara el ciclo de otoño invierno, porque es cuando haya un poco de humedad, sin embargo les impusieron en Primavera-Verano y los resultados han sido desastrosos.
«Nos encajaron el ciclo Primavera Verano, el 70 por ciento de los productores no recibirá ese apoyo porque no establecieron el cultivo y los que nos aventamos, ahora lo tendremos que tumbar, porque la llanta no creció, de 40 o 50 centímetros que debería medir ahorita, a lo mucho crecieron 25 centímetros, no dará buen rendimiento, serán más la pérdidas si se continúa».
Comentó que de 40 mil hectáreas, sólo se sembraron ocho mil y con resultados negativos.
«No aunque se logre cosechar una hectárea se recuperan los gastos, afortunadamente tenemos el apoyo de las empresas graneleras, ellas aseguran nuestros cultivos con el compromiso de que les entreguemos más cosechas, es la única forma en que estamos sembrando, porque ellos nos financian».
Finalmente Dimas Rodríguez detalló que entre el sector privado y social son alrededor de 2 mil 500, lo que se traduce en 40 mil hectáreas de cultivo y 35 mil de ganadería.
