Planned Parenthood calcula que desde la decisión del Supremo de EE.UU. en 18 de los 50 estados se ha prohibido el aborto o se ha restringido severamente, y que en 13 el acceso a ese servicio es en la práctica imposible aunque haya excepciones.

“La prohibición va en contra de las libertades fundamentales y está fuera de sintonía con las opiniones de la gran mayoría de la gente de Florida y de todo Estados Unidos”, señaló el jueves la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, tras la aprobación de la medida en la Cámara baja estatal al cabo de unas siete horas de debate.

“Tenemos la oportunidad de liderar a la nación en la protección de la vida y dar a cada niño la oportunidad de nacer y encontrar su propósito”, defendió la patrocinadora del proyecto de ley SB 300, la representante republicana Jenna Persons-Mulicka.

Los demócratas advirtieron en la sesión que la prohibición de seis semanas pone a las mujeres en peligro, al obligarlas a potencialmente sufrir sepsis o desangrarse hasta morir porque no pueden abortar en el corto plazo, además de empujarlas a arriesgar sus vidas por tener que someterse abortos ilegales.

“El aborto es un derecho moral que se deja solo a la mujer”, dijo en el hemiciclo la representante Rita Harris, demócrata por Orlando.

Los demócratas intentaron sacar adelante más de una decena de enmiendas que pretendían limitar su impacto, pero todas fueran rechazadas.

“Seamos claros sobre la parte silenciosa: simplemente no quieren que las mujeres tengan opciones”, dijo durante el debate en el pleno la líder de la minoría de la Cámara de Representantes, la demócrata Fentrice Driskell.

Con información de EFE