En respuesta al secuestro de 31 migrantes el pasado 30 de diciembre en la frontera, los 300 efectivos de la Guardia Nacional y el Ejército, originalmente asignados a la búsqueda de los desaparecidos, han sido desplegados estratégicamente en diversos puntos de la región. Su misión ahora se centra en fortalecer la vigilancia, el monitoreo y realizar labores de disuasión para prevenir actividades ilícitas en perjuicio de los ciudadanos.
La Comandancia de la VIII Zona Militar, con sede en Reynosa, informó que un contingente de 120 elementos de la Guardia Nacional y 180 efectivos del Ejército ha sido movilizado para colaborar estrechamente con las autoridades civiles y ministeriales en la prevención y combate al delito. Este despliegue forma parte de la Estrategia de Seguridad y Paz para México, buscando reforzar la presencia de las fuerzas de seguridad en la región.
La medida tiene como objetivo no solo abordar el reciente incidente de secuestro de migrantes, sino también prevenir y enfrentar cualquier actividad delictiva que pueda afectar a los ciudadanos. La colaboración entre las fuerzas armadas y las autoridades civiles se presenta como un esfuerzo conjunto para garantizar la seguridad y el bienestar de la comunidad en la frontera.
Las autoridades han asegurado que este despliegue refleja un compromiso continuo en la lucha contra la delincuencia y subraya la importancia de la coordinación entre las fuerzas de seguridad y las instituciones civiles en la región.