Un informe secreto obtenido por The Associated Press detalla una operación encubierta de varios años de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), que infiltró a operativos en Venezuela para grabar a escondidas y armar casos por narcotráfico contra el liderazgo del país, un plan que Washington reconoció desde el principio que podría considerarse una violación del derecho internacional.
“Es necesario llevar a cabo esta operación de forma unilateral y sin notificar a las autoridades venezolanas», indica el memorando de 15 páginas de 2018 acerca de la “Operación Tejón del Dinero», una investigación que, según las autoridades, tenía como objetivo a docenas de personas, incluyendo al presidente del país, Nicolás Maduro.
Aunque no hay un mecanismo claro para responsabilizar legalmente a Estados Unidos, la revelación amenaza con agitar más aún las ya tensas relaciones con el gobierno de Maduro y agravar el resentimiento hacia Estados Unidos en toda Latinoamérica por la percepción de intromisión. Además, ofrece una inusual perspectiva de hasta dónde estaba dispuesta a llegar la DEA para luchar contra las drogas en un país que prohibió la presencia de sus agentes hace casi dos décadas.
Algunos de los aliados más próximos a Maduro se vieron implicados en la investigación, como Alex Saab, el empresario liberado recientemente en un intercambio de presos por 10 estadounidenses y un contratista de defensa prófugo. Pero hasta ahora, no estaba claro que las investigaciones estadounidenses contra Venezuela incluyesen tácticas legalmente cuestionables.
“No nos gusta decirlo públicamente pero somos, de facto, la policía del mundo”, dijo Wes Tabor, un exagente de la DEA que fungió como agregado de la agencia en Venezuela mucho antes del inicio del operativo descrito en el reporte.
Tabor, que no confirmó la existencia de ninguna acción de este tipo, apuntó que las medidas unilaterales y encubiertas pueden ser una herramienta eficaz cuando se llevan a cabo con los límites y la responsabilidad adecuadas, especialmente en un país como Venezuela, donde las difusas líneas entre
“No estamos en el negocio de acatar las leyes de otros países cuando estos países son regímenes canallas y las vidas de los niños estadounidenses están en juego», añadió. “Y en el caso de Venezuela, que nos está inundando de droga, el riesgo merece la pena”.
Tanto la DEA como el Departamento de Justicia rechazaron responder a las preguntas de la AP sobre el informe, la frecuencia con la que Estados Unidos realiza actividades unilaterales y quiénes forman el comité que aprueba esos operativos.
El Ministerio de Comunicación de Venezuela no respondió a un pedido de comentarios. Pero recientemente Maduro acusó a la DEA y a la CIA de llevar a cabo esfuerzos para desestabilizar el país. La CIA se negó a realizar declaraciones.
“Yo no creo que el presidente (Joe) Biden esté involucrado», dijo Maduro en una aparición en televisión. “Pero la CIA y la DEA son organismos independientes, imperialistas, criminales”.