En Tamaulipas se reporta un caso de intoxicación por fentanilo, sumándose a una preocupante tendencia nacional. Según el informe de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), en los últimos meses se han atendido 22 urgencias por este motivo. Baja California encabeza la lista con 7 casos, seguido por Sinaloa con 6. Otros estados afectados son Sonora, Quintana Roo, Ciudad de México, Morelos, Jalisco y Oaxaca, cada uno con un caso.
El fentanilo, una sustancia ilícita 100 veces más potente que la morfina, está ganando terreno en México. En 2023, se registraron 430 casos de atención por consumo de esta droga, comparado con los 333 casos de 2022. Los decomisos también han aumentado significativamente, pasando de 40 kilos en 2015 a 1,848 kilos en 2023.
El cambio en el mercado del fentanilo es notable: antes China era la principal fuente de exportaciones, pero ahora organizaciones criminales mexicanas han asumido el control, fabricando la sustancia en laboratorios clandestinos. Esto ha generado conflictos entre carteles como el de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación por el control de rutas hacia Estados Unidos.
La rentabilidad del fentanilo, su facilidad de producción y distribución, junto con la falta de regulación de precursores químicos, hacen que sea una opción atractiva para la delincuencia organizada. Este preocupante panorama exige una acción coordinada para enfrentar esta crisis de salud pública y seguridad.
