Con ansias de alcanzar un sueño, Antonia Staacke y Laura Möller, amigas y ciclistas alemanas, llegaron a Tamaulipas como parte de su travesía en bicicleta desde la Patagonia, Argentina, hasta Alaska, Estados Unidos.
Ingresaron al estado por Tampico, cruzaron Ciudad Victoria y actualmente se dirigen a la frontera donde saldrán del país ingresando a Estados Unidos.
Ambas mujeres decidieron partir desde su hogar en Hamburgo, Alemania, hace 7 meses, demostrando que las mujeres también pueden enfrentar retos monumentales, como afirma Laura: «Las mujeres también podemos».
Estas intrépidas ciclistas ya disfrutaban de esta actividad en su país, pero ansiaban superar sus propios límites. Tras investigar, se comprometieron con el desafío de recorrer todo el continente americano en menos de un año.
“En Alemania, ya solíamos rodar mucho, de días o semanas. Queríamos conocer nuestros límites, así que decidimos este reto y un recorrido más largo. Por eso elegimos esta ruta, desde la Patagonia, Argentina, hasta Alaska”, explicó Laura, estudiante de geografía junto a su amiga.
“Queremos demostrar que las mujeres también pueden, porque usualmente son hombres o parejas”, afirmó, destacando su dominio del español gracias a un voluntariado en Colombia, eliminando así la barrera del idioma.
Las noticias alemanas infunden un cierto temor hacia México, lo que las inquietaba antes de cruzar el país. Sin embargo, se sorprendieron gratamente al descubrir lo contrario.
“Nos gustó mucho y nos sorprendió cómo nos recibieron; en Alemania, tienen hasta miedo del país y nosotros encontramos todo lo contrario”, explicó Laura.
Aunque son vegetarianas y no son aficionadas al picante, disfrutan de la rica comida mexicana, pero sobre todo, de la hospitalidad de quienes las reciben.
“La hermandad biker es muy numerosa y nos une el amor y pasión por este deporte; hacemos amistades, convivimos y comemos muy rico”, agregó Laura, agradecida por la cálida recepción de asociaciones como “Enlace Bikers México” y su representante, Socorro Castillo.
El tiempo es su principal adversario en esta odisea. Aunque desearían quedarse más tiempo en cada lugar, su agenda solo les permite dormir, comer y reponer energías para continuar.
Con la meta de llegar a Alaska para agosto, estas ciclistas alemanas concluyen con un mensaje inspirador: “A veces, hay cosas que dan miedo, pero vale la pena intentarlo. Si hay sueños, hay que perseguirlos”.
