Brandi Elliot, una madre de 33 años acusada de asesinar a su hija de 7 años, ha sido reportada como lesionada en una prisión de Carolina del Norte. La mujer enfrenta cargos por el homicidio de la menor, ocurrido el pasado 13 de julio en un arroyo de Drake’s Creek, ubicado en el condado de Warren.
Hasta ahora, se desconoce el estado de salud de Elliot, aunque se ha confirmado que no fue atacada por otra interna. Una de las primeras versiones indica que podría haberse autolesionado durante su confinamiento. Antes del trágico incidente, Elliot trabajaba en un restaurante de comida rápida y no tenía antecedentes penales.
Durante una audiencia posterior al asesinato, Brandi Elliot confesó entre lágrimas que había estado luchando con el peso de la responsabilidad familiar. Reveló que su esposo, un veterano con discapacidad, dependía completamente de ella. Además, Elliot explicó que desde que su hija tenía dos años, sentía que la menor sufría por las circunstancias que enfrentaban.
Elliot también mencionó que padeció depresión posparto y recibió medicación para ello. «No podía dormir bien», declaró ante el juez. Sin embargo, tanto los abogados como los fiscales se opusieron a que la acusada recibiera una evaluación médica.
El día que ahogó a su hija, cuando fue interrogada por los agentes, Elliot argumentó que la niña «nunca la dejaba sola» y que ese día había sido particularmente difícil. Se espera que Brandi Elliot continúe en prisión, donde podría enfrentar una sentencia de pena de muerte. Mientras tanto, Jon Elliot, el padre de la menor, ha solicitado apoyo de la comunidad para cubrir los gastos funerarios, ya que solo recibe un subsidio gubernamental mensual.
