Un bombardeo aéreo israelí sobre la localidad de Deir al Balá dejó al menos 22 palestinos muertos y 53 heridos, según el último informe de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF). El ataque, que se produjo en la madrugada del domingo, alcanzó una mezquita y una escuela, exacerbando la ya crítica situación humanitaria en la región.
El Hospital Al Aqsa, uno de los pocos hospitales operativos en Gaza, recibió a los heridos, muchos de ellos en estado grave. «La situación en el hospital era terrible. No había camas suficientes y tuvimos que tratar a los pacientes en el suelo», comentó la enfermera de MSF, Eliza Sabatini. Los heridos presentaban lesiones en la cabeza, el tórax y el abdomen, reflejando la violencia del ataque.
Sabatini también destacó que el sistema sanitario en Gaza ha sido gravemente afectado por los continuos bombardeos y combates durante el último año, junto con las restricciones en la ayuda humanitaria. Desde el inicio del conflicto, MSF ha tratado a más de 27,600 pacientes por heridas relacionadas con la violencia, con más del 80% de estas heridas provocadas por bombardeos.
La organización humanitaria hizo un llamado urgente para un alto el fuego inmediato y duradero, subrayando que la única manera de aliviar el sufrimiento de la población es cesar la violencia.
Por su parte, las Fuerzas Armadas israelíes confirmaron el ataque, calificándolo de «selectivo» contra una mezquita que, según afirmaron, era utilizada por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) como centro de operaciones.
Desde el inicio de la ofensiva militar israelí hace casi un año, se ha reportado la muerte de un total de 41,870 personas en la Franja de Gaza, en respuesta a ataques perpetrados por milicianos de Hamás que resultaron en aproximadamente 1,200 fallecidos y 240 rehenes israelíes. La escalada del conflicto sigue generando preocupaciones sobre la seguridad y la vida de los civiles en la región.