Con la oposición votando en contra, la Cámara de Diputados aprobó la contrarreforma energética promovida por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, que busca devolver el control público a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Esta medida pretende que ambas empresas recuperen su papel estratégico en la producción, transmisión y comercialización de energía eléctrica, además de asumir el control del servicio de Internet.
Con 353 votos a favor y 122 en contra, los diputados de Morena y sus aliados aprobaron en lo general las reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, las cuales ahora pasarán al Senado de la República para su análisis y discusión.
La reforma otorga a la CFE la primacía sobre las empresas privadas en la generación de electricidad e Internet, estableciendo que la participación de particulares en la industria eléctrica no podrá prevalecer sobre la empresa pública del Estado, cuyo propósito es garantizar un servicio accesible y continuo.
Asimismo, el dictamen cambia la naturaleza jurídica de las «Empresas Productivas del Estado» a «Empresas Públicas del Estado», lo que, según Morena, eliminará las desventajas que la CFE enfrenta frente a las empresas privadas. Además, se incluye en la Constitución que la explotación de litio y el servicio de Internet proporcionado por el Estado no constituirán monopolios.
El control del sistema eléctrico nacional tendrá como objetivo asegurar el servicio de electricidad en toda su cadena de valor, priorizando la seguridad energética y la autosuficiencia nacional, así como garantizar precios accesibles para la población, eliminando el lucro en el proceso.
La reforma también deroga las disposiciones de la reforma energética de 2013, impulsada por el expresidente Enrique Peña Nieto, que promovía la participación privada en el sector energético.
El diputado Alejandro Pérez Cuéllar (PVEM) celebró la aprobación, afirmando que se trata de «un voto por el futuro de México» y que con esta medida se echa abajo la reforma de Peña Nieto. Por su parte, los legisladores del PRI advirtieron que la contrarreforma podría resultar más costosa y menos eficiente para los mexicanos.
Mario Zamora, del PRI, pidió considerar la opinión del secretario de Economía, quien señaló que el país necesita mayor inversión privada en energía, ya que el Estado no cuenta con los recursos suficientes para expandir el uso de energías renovables. Otro diputado priista, Jericó Abramo, criticó la reforma por no abordar el saneamiento financiero de Pemex y la CFE, ni detallar un plan claro para transitar hacia un modelo de energía limpia y sustentable.
El PAN también expresó su desacuerdo, con el diputado César Augusto Rendón advirtiendo que los cambios eliminan el enfoque en la rentabilidad y competitividad de Pemex y la CFE, comprometiendo su autosuficiencia.
Finalmente, la diputada Alma Rosa de la Vega Vargas (Morena) destacó la importancia de que el Estado mantenga el control sobre las empresas públicas para garantizar la soberanía energética del país.
Cambios constitucionales clave:
- Pemex y la CFE dejarán de ser empresas productivas y pasarán a ser empresas públicas del Estado (artículo 25).
- La CFE deberá enfocarse en cumplir con su responsabilidad social, garantizando el servicio de electricidad (artículo 27).
- Se limita la participación privada en actividades diferentes a la transmisión y distribución de electricidad, sin prevalecer sobre la CFE (artículo 27).
- El servicio de Internet que provea el Estado no estará sujeto a regulaciones antimonopolio (artículo 28).
- El control del sistema eléctrico se llevará a cabo evitando el lucro, priorizando la seguridad energética y la autosuficiencia del país.
