Mujer sufrió violaciones de su expareja y 50 hombres por una década

20 diciembre, 2024 • Francia
Mujer sufrió violaciones de su expareja y 50 hombres por una década

La justicia francesa dictó este jueves una sentencia histórica al imponer la pena máxima de 20 años de prisión a Dominique Pelicot, condenado por drogar a su esposa Gisèle durante diez años para someterla a múltiples abusos junto a varios desconocidos. El veredicto, leído al final de un juicio que ha capturado la atención global, también incluyó la condena de 50 hombres más, quienes recibieron penas de entre 3 y 15 años de cárcel, aunque estas resultaron ser inferiores a las solicitadas por la fiscalía, lo que generó malestar en los tres hijos de la víctima.

Gisèle Pelicot, quien ahora tiene 72 años, mostró respeto por la sentencia, pero aprovechó la ocasión para enviar un mensaje de apoyo a otras víctimas de abusos.

«Pienso en las víctimas no reconocidas, cuyas historias a menudo permanecen en la sombra», expresó, destacando su lucha por un futuro donde «todos, mujeres y hombres, puedan vivir en armonía».

La valentía de Gisèle ha trascendido en el ámbito internacional, ya que decidió no acoger el derecho a un juicio a puerta cerrada, buscando dar visibilidad a su caso y cambiar la narrativa sobre la vergüenza, que históricamente ha recaído sobre las víctimas. Su postura ha convertido su historia en un referente global dentro de la lucha feminista.

El juicio, que comenzó el pasado 2 de septiembre, tuvo una gran repercusión mediática, con la presencia de más de 180 periodistas, incluidos 86 internacionales. Pelicot, quien fue declarado culpable de los abusos, escuchó la sentencia impasible. El presidente del tribunal, Roger Arata, destacó la gravedad de los hechos, señalando la responsabilidad de Pelicot en los crímenes ocurridos entre 2011 y 2020, cuando drogó a su esposa para someterla a abusos con la participación de varios desconocidos contactados a través de internet.

Fuera del tribunal, el colectivo feminista Amazonas de Aviñón mostró su apoyo a Gisèle mediante carteles que destacaban el lema «La vergüenza cambió de bando», en un llamado a visibilizar la problemática y luchar contra las agresiones hacia las mujeres.

Este caso ha puesto en evidencia la magnitud de la violencia y el uso de sustancias para someter a las víctimas, un fenómeno que afecta a miles de mujeres cada año en Francia. Aunque algunas de las penas impuestas fueron más leves que las solicitadas por la fiscalía, el juicio ha sido un hito en la lucha contra los abusos y en la reivindicación de los derechos de las víctimas.

El juicio se ha convertido en un símbolo de la importancia de dar visibilidad a los casos de violencia y abuso, y de la necesidad de crear conciencia sobre este tipo de crímenes. Las asociaciones feministas esperan que este caso sea un punto de inflexión en la lucha contra la violencia de género, enviando un mensaje claro de que la justicia está comprometida con la protección de las víctimas y con el castigo de los responsables.

«Gracias, Gisèle», se leía en una pancarta colocada frente al tribunal, en reconocimiento a su coraje y a su contribución a la visibilidad de la lucha contra la violencia hacia las mujeres.

Por Con información de Milenio

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