Ken Salazar se despidió este lunes de su rol como embajador de Estados Unidos en México, pero no sin antes dejar un mensaje claro sobre el fentanilo. En su última intervención, reiteró que la producción de esta peligrosa droga se lleva a cabo en México, un tema que ha generado controversia, pero que, según Salazar, no debe desviar la atención de los problemas más urgentes que enfrentan ambas naciones.
A pesar de la insistencia en el debate sobre el origen del fentanilo, Salazar fue firme al señalar que lo importante es que México y Estados Unidos sigan trabajando juntos. En su opinión, la cooperación en temas de migración, seguridad y tráfico de armas debe ser prioritaria para poder avanzar en la resolución de estos problemas, que afectan tanto a México como a su país.
Visiblemente orgulloso de su tiempo al frente de la Embajada, Salazar aprovechó para nombrar a Mark Johnson como el nuevo encargado de la misión diplomática estadounidense en México. Su salida marca el fin de una etapa, pero también un punto de inflexión para seguir luchando contra los desafíos compartidos entre ambos países.
Al despedirse, el embajador destacó que el trabajo conjunto en áreas clave como el combate al crimen organizado y la gestión de la migración será fundamental para construir un futuro más seguro y estable para las dos naciones. Según Salazar, solo mediante la unidad y el compromiso mutuo se podrán lograr avances significativos en estos temas.