El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplió este lunes 10 de febrero de 2025 su advertencia y firmó una nueva orden ejecutiva para imponer un arancel del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio que ingresen a su país. Aunque aún no se ha especificado la fecha exacta de aplicación, la medida se convierte en una realidad después de que el mandatario estadounidense anticipara sus planes el domingo 9 de febrero a bordo del Air Force One.
La firma de esta nueva política comercial se llevó a cabo en el Despacho Oval en la Casa Blanca, marcando una escalada en la guerra comercial que ya había generado tensiones en el pasado. En su intervención, Trump detalló que estos aranceles no tendrán excepciones ni exenciones y podrían extenderse a otros productos, como automóviles, productos farmacéuticos y chips informáticos, como parte de sus esfuerzos por proteger la industria estadounidense.
La medida afecta de manera directa a México, uno de los principales proveedores de acero y aluminio a los Estados Unidos. Según datos del Banco Base, el 82% de las exportaciones de acero, aluminio y manufacturas de México tienen como destino el mercado estadounidense. En 2024, México exportó más de 3.5 millones de toneladas de acero a EUA, ocupando el tercer lugar a nivel mundial en ventas.
De acuerdo con la agencia EFE, México exportó a Estados Unidos 327 mil toneladas de acero en 2024, por un valor superior a los 304 millones de dólares, mientras que en 2023 las exportaciones fueron de 280 mil toneladas, con un monto similar. En cuanto al aluminio, las exportaciones mexicanas alcanzaron los 28.21 millones de dólares en 2024.
En respuesta al anuncio de Trump, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se pronunció desde Palacio Nacional. Al ser cuestionada sobre la medida, pidió esperar a conocer los detalles específicos del arancel. Destacó que México sigue siendo el principal socio comercial de Estados Unidos, con una frontera compartida de más de 3 mil kilómetros, y aseguró que el gobierno mexicano tomaría decisiones basadas en los pormenores de la implementación de esta nueva política.
El impacto económico de esta decisión podría ser significativo, tanto para Estados Unidos como para México, pues las exportaciones de acero y aluminio forman una parte crucial de la relación comercial bilateral entre ambos países. Se espera que el gobierno mexicano mantenga una postura vigilante ante cualquier otro movimiento arancelario adicional.
