El Papa Francisco, de 88 años, está siendo tratado por neumonía bilateral, un diagnóstico complicado que le ha requerido más medicamentos y atención médica. Según el Vaticano, las pruebas realizadas este martes confirmaron que el Papa tiene neumonía en ambos pulmones, lo que ha obligado a los médicos a ajustar su tratamiento.
El pontífice, quien ha tenido problemas respiratorios durante los últimos años, fue ingresado en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma la semana pasada para recibir atención por una infección respiratoria. A pesar de su estado, el Vaticano ha señalado que Francisco está de buen ánimo y agradece el apoyo de los fieles, pidiendo que sigan rezando por él.
Además de la neumonía, el Papa tiene una infección polimicrobiana, lo que significa que su tracto respiratorio está siendo afectado por una combinación de virus, bacterias y otros patógenos. Esto ha complicado su tratamiento, pero el Papa sigue siendo positivo, alternando entre descansar, orar y leer.
El martes por la mañana, Francisco tuvo una jornada tranquila: desayunó, leyó el periódico y recibió la Eucaristía. Aunque no pudo presidir la oración del Ángelus el domingo, como es habitual, sigue comprometido con su labor y oración. También se ha mantenido en contacto con sus colaboradores, como los sacerdotes en Gaza, para conocer la situación mundial.
A lo largo de su vida, el Papa ha enfrentado varios problemas de salud, como una neumonía grave en su juventud y una cirugía por diverticulitis en 2021. Además, en los últimos meses ha sufrido caídas y usa una silla de ruedas para moverse con más facilidad. A pesar de estos desafíos, sigue dedicado a su misión y se espera que se recupere pronto.
