El proceso que dio forma a la Bandera de México, tal como la conocemos hoy, abarca casi toda la historia del país. A lo largo de los años, diferentes banderas han marcado los momentos más significativos de la nación, reflejando en su diseño los sucesos clave de cada etapa histórica.
La primera enseña nacional, considerada como el primer estandarte mexicano, fue la que empuñó el sacerdote Miguel Hidalgo en el Grito de Dolores en 1810. Esta bandera, que mostraba la imagen de la Virgen de Guadalupe, se convirtió en un símbolo crucial durante la lucha por la independencia. Su importancia radica en que representaba la unión de los insurgentes bajo un estandarte religioso, profundamente vinculado a la causa patriota.
Después de la consumación de la independencia en 1821, el gobierno de Agustín de Iturbide adoptó una bandera tricolor, que muchos consideran la segunda Bandera Nacional. Este nuevo lábaro ya incorporaba el águila posada sobre un nopal, y mantenía los tres colores que hoy en día nos son familiares: verde, blanco y rojo. Aunque no mostraba la imagen actual del águila devorando una serpiente, se utilizó un escudo con la figura del águila en el centro, como símbolo de la nueva nación.
En el periodo republicano, Benito Juárez también utilizó una versión similar de esta bandera, la cual marcó el comienzo de la República, en contraposición con el imperio de Iturbide. Este estandarte es considerado por algunos como la segunda Bandera Nacional.
La tercera versión de la bandera, que ondeó en los territorios bajo el control del emperador Maximiliano I durante su breve reinado, presenta varios cambios importantes en su diseño. Se añadieron cuatro águilas coronadas en las esquinas, haciendo que el escudo tuviera un parecido al del Imperio Francés. Esta bandera estuvo vigente hasta 1867, cuando Maximiliano fue derrocado y el imperio llegó a su fin.
En 1968, durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz, se adoptó una nueva versión, que se formalizó por decreto en 1984. Esta es la bandera que hoy en día conocemos, y se distingue por tener el escudo con el águila en ambos lados de la enseña. Se ha especulado que esta modificación se debió al hecho de que México fue el anfitrión de los Juegos Olímpicos de 1968. Aunque las numeraciones de las banderas varían según las fuentes y los enfoques históricos, este es el modelo que se ha consolidado como la versión definitiva.
Además de estas banderas oficiales, otras enseñas patrias surgieron en momentos históricos específicos. Una de las más conocidas es la Bandera del Ejército Trigarante, que se utilizó durante el Plan de Iguala de 1821 y representaba la alianza entre los tres principales ideales: la independencia (verde), la religión católica (blanco) y la unión (rojo).
En otro momento de la historia, durante la Guerra Cristera, los cristeros adoptaron una bandera que incluía la imagen de la Virgen de Guadalupe sobre el águila, con la leyenda «Viva Cristo Rey y Nuestra Señora de Guadalupe». También fue significativa la Bandera de Carranza, que marcaba el fin del régimen de Porfirio Díaz y evocaba la República, utilizando un águila de perfil.
Otro hito importante en la evolución del lábaro nacional ocurrió en 1934, cuando se modificó el diseño del escudo nacional como parte de la legislación para los símbolos patrios. Esta versión fue oficialmente ratificada en 1940 por el presidente Lázaro Cárdenas, quien también declaró el 24 de febrero como el Día de la Bandera.
En cuanto a los colores de la Bandera, cada uno tiene un profundo significado: el verde simboliza la esperanza del pueblo mexicano en su futuro, el blanco representa la unidad, y el rojo rinde homenaje a la sangre derramada por los héroes nacionales en la lucha por la patria.
El escudo de la bandera se inspira en una antigua leyenda azteca. Según la tradición, el dios Huitzilopochtli profetizó que los aztecas deberían fundar su ciudad donde encontrarán un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente, lo que ocurrió en lo que hoy es la Ciudad de México.
El águila, que ha sufrido varias modificaciones a lo largo de los siglos, llegó a su forma actual tras un proceso de ajustes. En 1969, los arquitectos Francisco Eppens Helguera y Pedro Moctezuma Díaz Infante diseñaron el modelo definitivo del escudo, que reemplazó la representación del lago por un glifo náhuatl, en un esfuerzo por reforzar la identidad indígena de México.
Un dato curioso es que la Bandera mexicana fue elegida como la más bella del mundo en una encuesta organizada por el diario español «20 Minutos», superando a otras enseñas con más de 900 mil votos.
Finalmente, aunque existe la creencia de que la Bandera italiana fue creada antes que la mexicana, investigaciones históricas han demostrado que el diseño de nuestro lábaro fue elaborado con anterioridad. Además, se destaca por sus tonos más intensos de verde y rojo, sus dimensiones únicas y, por supuesto, el águila real en el centro.
La Bandera de México no solo ha sido un símbolo de la unidad y la lucha del pueblo mexicano, sino que sigue siendo un reflejo de la historia y la identidad nacional que continúa evolucionando con el paso de los años.