La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció hoy que su gobierno tomará medidas arancelarias y no arancelarias en respuesta a la decisión unilateral de Estados Unidos de imponer un arancel del 25% a los productos mexicanos. Estas acciones serán detalladas públicamente el próximo domingo en una asamblea en el Zócalo de la Ciudad de México.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum expresó que la medida adoptada por el gobierno estadounidense perjudica tanto a las empresas mexicanas como extranjeras que operan en el país y afectará a los pueblos de ambas naciones. La presidenta dejó claro que el objetivo de México no es generar una confrontación económica o comercial, sino defender los intereses del país.
«Por ello hemos decidido responder con medidas arancelarias y no arancelarias que anunciaré en plaza pública el próximo domingo. No es de ninguna manera el propósito iniciar una confrontación económica o comercial», destacó Sheinbaum.
La mandataria también subrayó que, en los últimos 30 días, México ha tomado acciones contundentes contra la delincuencia organizada y el tráfico de fentanilo, pese a lo cual Estados Unidos decidió imponer los aranceles. Sheinbaum recordó que, durante este periodo, se desarrollaron acuerdos sustantivos de cooperación entre ambos países en materia de seguridad y comercio, lo que hace aún más incomprensible la decisión tomada por Washington.
En su intervención, la presidenta resaltó algunos de los logros en la lucha contra el crimen organizado, como el traslado de 29 capos del narcotráfico a Estados Unidos y una reducción de casi el 50% en el decomiso de fentanilo por parte de las autoridades estadounidenses.
«El día de ayer, el gobierno de los Estados Unidos, después de 30 días de pausa, decidió unilateralmente imponer un 25% de aranceles a las exportaciones de México, a pesar del tratado comercial firmado por el propio presidente Trump en su primer mandato», recalcó Sheinbaum.
Enfatizó que no existe ninguna justificación para esta medida que, según indicó, afectará a los pueblos y economías de ambos países. «Somos enfáticos, no hay motivo, razón ni justificación que soporte esta decisión», concluyó la presidenta mexicana.
