El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles una exención de un mes para los aranceles del 25% impuestos a las importaciones automotrices provenientes de México y Canadá. Esta medida, que busca evitar que los fabricantes estadounidenses sufran desventajas económicas, será válida para los vehículos que entren bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, explicó que la exención se otorgó tras conversaciones entre Trump y los líderes de las principales armadoras automotrices, como Ford, General Motors (GM) y Stellantis. La decisión se enmarca dentro de la estrategia de Trump para igualar los impuestos y subsidios que otros países aplican a las importaciones de productos estadounidenses, la cual entrará en vigor el próximo 2 de abril.
Leavitt agregó que, además de esta exención temporal, Trump ha sido claro en su mensaje a las automotrices: deben comenzar a mover su producción a Estados Unidos. «Les dijo que debían ponerse en marcha, empezar a invertir y trasladar la producción a su país, donde no enfrentarán aranceles», destacó la portavoz.
Las tres grandes automotrices que operan en México – Ford, GM y Stellantis – emplean a cerca de 55 mil personas en 15 plantas, según estimaciones de EL UNIVERSAL. De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en 2024, General Motors produjo 889 mil vehículos en México, mientras que Stellantis y Ford fabricaron 419 mil y 387 mil, respectivamente.
A pesar de la exención temporal, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnik, dejó claro que no habrá una pausa definitiva a los aranceles. Insistió en que tanto México como Canadá deben hacer más para frenar la migración irregular y el tráfico de fentanilo. Lutnik sugirió que algunos sectores podrían recibir alivios o exenciones adicionales, pero enfatizó que las tarifas continuarán afectando a las importaciones de ambos países.
El gobierno de Trump también está considerando la posibilidad de otorgar exenciones a ciertos productos agrícolas. La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, destacó que se están evaluando posibles excepciones, en particular para productos como la potasa y los fertilizantes. «Está todo sobre la mesa», afirmó Rollins, confiando en que el presidente tomará decisiones que beneficien al sector agrícola estadounidense.
Por su parte, Canadá, que ya había presentado una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) en respuesta a los aranceles, rechazó la oferta de la Casa Blanca de reducir únicamente algunos de los gravámenes. El primer ministro de Ontario, Doug Ford, reafirmó la postura canadiense al señalar que no habrá concesiones y que Canadá no aceptará menos que la eliminación total de los aranceles.
Repercusiones en la Industria Automotriz
La automotriz Ford adelantó que, en caso de que los aranceles permanezcan vigentes, las líneas de ensamblaje en Estados Unidos y Canadá podrían detenerse en un plazo de 10 días, lo que resultaría en la pérdida de miles de empleos. Las acciones de las grandes fabricantes de automóviles, tanto estadounidenses como extranjeras, aumentaron hasta un 6% tras el anuncio de la prórroga, aunque este retraso solo pospone el impacto del ajuste más amplio que se realizará el próximo 2 de abril.
General Motors también agradeció la medida en un comunicado, destacando que permitirá a los fabricantes estadounidenses competir e invertir dentro de su propio mercado sin la presión de los aranceles.
La incertidumbre persiste sobre cómo se desarrollará esta situación en los próximos días, ya que otras industrias también han comenzado a solicitar exenciones a los aranceles. Según JD Vance, vicepresidente de la Cámara de Comercio de EE.UU., varios sectores han manifestado su interés por recibir beneficios similares.
Mientras tanto, tanto los gobiernos de México y Canadá como las grandes automotrices esperan que las negociaciones puedan llevar a un acuerdo más permanente que minimice los efectos negativos de los aranceles impuestos por la administración Trump.