El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que impone un arancel del 25% a los automóviles que no se produzcan en territorio estadounidense. Esta medida entrará en vigor de manera gradual, comenzando con un arancel del 2.5% a partir del 2 de abril, y se aplicará de manera permanente a todos los autos importados que no sean fabricados en Estados Unidos. Trump destacó que los fabricantes de automóviles que construyan sus vehículos dentro del país estarán exentos de este arancel.
El mandatario justificó esta decisión como una sanción a los países que, según él, han trasladado empleos y ganancias fuera de Estados Unidos, afectando negativamente a la economía. Trump se quejó de que, antes de su regreso a la Casa Blanca, muchos fabricantes de autos optaron por construir plantas en México y Canadá. Sin embargo, aseguró que actualmente los fabricantes están regresando a los EE.UU., lo que considera un avance positivo.
En su discurso, Trump advirtió que estos aranceles son solo el comienzo de un plan más amplio, anunciando que el 2 de abril se implementarán los aranceles recíprocos, lo que implicará medidas adicionales contra países que no cumplan con sus acuerdos comerciales. Además, el presidente señaló que están evaluando la posibilidad de ofrecer incentivos fiscales para los consumidores que compren autos fabricados en Estados Unidos, aunque no se dieron detalles específicos.