La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, expresó este lunes su pesar por el fallecimiento del Papa Francisco, líder de la Iglesia Católica y figura de relevancia internacional. A través de un mensaje publicado en sus redes sociales, la mandataria reconoció el legado del pontífice argentino, a quien definió como un “humanista” y un defensor incansable de la paz, la equidad y los sectores más vulnerables.
“Muere el Papa Francisco. Un humanista que optó por los pobres, la paz y la igualdad. Deja un gran legado de verdadero amor al prójimo. Para los católicos y los que no lo son, es una gran pérdida. Haberlo conocido fue un gran honor y privilegio. Descanse en paz”, escribió Sheinbaum en su cuenta oficial de X.
El mensaje fue acompañado por una fotografía del encuentro que sostuvo con el Papa en 2024, cuando aún era aspirante a la presidencia. La reunión privada tuvo lugar en el Vaticano y se extendió por aproximadamente una hora. En ese momento, Sheinbaum destacó que su visita respondía tanto a la importancia del Papa como líder espiritual de la religión mayoritaria en México, como a su admiración personal por su pensamiento progresista y su liderazgo ético.
“Lo considero uno de los pensadores y líderes globales más influyentes de nuestra era”, expresó entonces.
Jorge Mario Bergoglio, conocido mundialmente como el Papa Francisco, nació en Buenos Aires, Argentina, en 1936. Fue el primer pontífice latinoamericano en la historia de la Iglesia Católica, cargo al que accedió en 2013 tras la renuncia del Papa Benedicto XVI. Durante su papado, abogó por una Iglesia más inclusiva, cercana a los pobres, comprometida con el medio ambiente y promotora del diálogo interreligioso.
Su muerte, ocurrida a las 07:35 horas (tiempo de Roma), se produjo en su residencia del Vaticano, tras complicaciones derivadas de una neumonía que lo mantuvo hospitalizado durante más de un mes.
El fallecimiento del Papa Francisco ha generado condolencias a nivel global, no solo entre fieles católicos, sino también entre líderes políticos, sociales y religiosos de diversas corrientes, quienes reconocen en él una voz moral firme en tiempos de incertidumbre y polarización.
Con su mensaje, la presidenta Sheinbaum se suma a los homenajes internacionales que subrayan la influencia del pontífice más allá de las fronteras religiosas, reconociéndolo como un símbolo de esperanza, compasión y justicia social.