El Vaticano inicia la búsqueda del nuevo papa; 12 papables son candidatos

22 abril, 2025 • Vaticano
El Vaticano inicia la búsqueda del nuevo papa; 12 papables son candidatos

 Con la muerte del papa Francisco a los 88 años, la Iglesia católica se prepara para uno de los momentos más determinantes de su historia reciente: la elección de su nuevo pontífice.

Tras un papado marcado por reformas, cercanía con los más desfavorecidos y una visión aperturista, el panorama que se abre es el de una Iglesia dividida entre progresistas y conservadores, con el desafío de encontrar un perfil capaz de tender puentes y mantener el equilibrio.

Desde hace tiempo, en los pasillos vaticanos circulan nombres de posibles sucesores, los llamados papables, en una lista que refleja las tensiones y aspiraciones de los diferentes sectores eclesiales.

Aunque todo apunta a que el próximo pontífice será una figura moderada, la pugna entre las distintas corrientes se hace notar. Además, la presión del ala italiana —que ha perdido peso en el colegio cardenalicio pero aún cuenta con 55 cardenales votantes— busca recuperar el papado para Italia o, al menos, para Europa.

El nombre que más resuena en las quinielas es el del cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado, de 70 años. Diplomático hábil, con experiencia en Venezuela y relaciones con China, su perfil conciliador entre progresistas y conservadores podría ser clave para lograr consensos.

Los sectores progresistas italianos apuestan por Matteo Maria Zuppi, de 69 años, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, conocido por su cercanía a los migrantes y los más vulnerables, muy en línea con el legado de Francisco.

Desde Asia, destaca el cardenal filipino Luis Antonio Tagle (67 años), prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, considerado una figura progresista aunque con posturas firmes contra el aborto y la eutanasia.

Otro perfil afín al estilo de Francisco es el del arzobispo de Marsella, Jean-Marc Aveline (66 años), comprometido con el diálogo interreligioso y la migración, una figura con creciente influencia en los últimos años.

En el ala internacional, pero con raíces italianas, surge Pierbattista Pizzaballa (59 años), patriarca latino de Jerusalén, defensor de los palestinos de Gaza, aunque joven para el cargo y aún con posiciones doctrinales por definirse.

Los conservadores ven en el húngaro Péter Erdö (72 años) una sólida opción: intelectual, provida, contrario al celibato opcional y defensor de los valores cristianos europeos. Sin embargo, su cercanía al gobierno de Viktor Orbán podría jugar en su contra.

El sueco Anders Arborelius (75 años), convertido al catolicismo y primer cardenal de su país, representa la fidelidad doctrinal en una Europa cada vez más secularizada. En línea con Francisco, también defiende una política de acogida a migrantes.

Por su papel clave en el Sínodo de la Sinodalidad, Mario Grech (68 años), obispo maltés, ha sabido equilibrar las voces progresistas y conservadoras, posicionándose como una figura de diálogo.

Desde Sri Lanka, Malcolm Ranjith (77 años), con experiencia en la Curia y sensibilidad social, representa al llamado “Sur global” y mantiene la tradición litúrgica más clásica, siendo cercano al legado de Benedicto XVI.

El africano con más posibilidades es Fridolin Ambongo Besungu (65 años), arzobispo de Kinshasa, una figura clave en el Consejo de Cardenales creado por Francisco. Su liderazgo en África y postura firme sobre temas doctrinales lo colocan como una opción fuerte.

En el continente americano suenan nombres como el del estadounidense Robert Francis Prevost (69 años), prefecto del Dicasterio para los Obispos, y Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, conservador en lo teológico pero crítico de las políticas antimigración.

También figuran otras posibilidades como Claudio Gugerotti (69 años), Joseph Cupich (75), o incluso un español como Ángel Fernández Artime (64), exresponsable de los salesianos, o Cristóbal López Romero (72), arzobispo de Rabat, o Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y estrecho colaborador del papa Francisco.

Con un cónclave a la vista, el rumbo de la Iglesia dependerá del equilibrio que logren los cardenales entre tradición y renovación, entre la apertura pastoral y la firmeza doctrinal. Un nuevo capítulo se escribe en la historia del catolicismo, con la mirada del mundo puesta en la Capilla Sixtina.

Por Con información de Infobae

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