El Senado de Estados Unidos confirmó este miércoles a Ron Johnson como el nuevo embajador del país en México, en una designación que ha generado tanto expectativa como controversia en ambos lados de la frontera.
Johnson, exmilitar con amplia experiencia legislativa y diplomática, fue propuesto por el presidente Donald Trump, quien destacó su trabajo en temas clave para la región, como el combate al narcotráfico y al terrorismo, el control de enfermedades virales tropicales, así como la defensa de los derechos humanos y los refugiados.
Antes de su ratificación, Johnson se desempeñaba como senador por el estado de Wisconsin, y anteriormente fue embajador de EE.UU. en El Salvador. Tras retirarse del Ejército, también trabajó en la Agencia Central de Inteligencia (CIA), consolidando un perfil ligado a la seguridad nacional y asuntos internacionales.
El senador Jim Risch, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, celebró el nombramiento y afirmó que «es una gran noticia», pronosticando que bajo el liderazgo de Johnson la relación bilateral entre México y Estados Unidos prosperará.
Sin embargo, su llegada a la Embajada no está exenta de polémica. Durante las audiencias previas a su confirmación, Johnson causó revuelo al sugerir la posibilidad de acciones militares estadounidenses en territorio mexicano para combatir a los cárteles del narcotráfico. Esta postura fue rechazada de inmediato por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien declaró de manera contundente: “No está sobre la mesa ni sobre la silla ni sobre el piso ni sobre ningún lado” dicha opción.
A pesar del tenso inicio, se espera que Johnson asuma su cargo en los próximos días, en un momento clave para la cooperación bilateral en materia de migración, seguridad y comercio. Su desempeño será observado con atención por ambos gobiernos y la sociedad civil, en un contexto donde la diplomacia exige equilibrio y firmeza.
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