Durante los primeros 100 días del segundo mandato de Donald Trump, México ha recibido un total de 5,446 deportados extranjeros desde Estados Unidos, según información del diario The Washington Post. Este número forma parte de un conjunto de 38,757 personas deportadas desde que Trump asumió su cargo, de las cuales 33,311 son mexicanas y 5,446 provienen de otros países.
La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, aclaró que estos retornos se realizan por razones humanitarias, y no como resultado de un acuerdo con Estados Unidos. Sheinbaum señaló que México no tiene la opción de rechazar a los migrantes, sino que les brinda asistencia y les ofrece la posibilidad de regresar voluntariamente a su país de origen.
Sheinbaum también desmintió que la recepción de deportados estuviera relacionada con la disputa comercial entre México y Estados Unidos, que incluye la posible imposición de aranceles. En este sentido, la gobernante reafirmó que no se ha firmado ningún acuerdo de «país seguro» o «tercer país», y que el retorno de los migrantes obedece exclusivamente a políticas humanitarias.
En paralelo, el gobierno mexicano ha propuesto ofrecer empleo a migrantes extranjeros en obras de infraestructura en la frontera sur, como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico, con el objetivo de abordar las causas de la migración. Mientras tanto, según el Washington Post, Trump planea deportar a al menos un millón de personas este año, superando con creces el récord de 400,000 deportaciones alcanzado en 2011 bajo la administración de Barack Obama.