La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aclaró que no asistirá al funeral del Papa Francisco, programado para el 26 de abril, y desestimó las críticas que ha recibido por esta decisión. Durante su conferencia matutina, la mandataria explicó que su ausencia se debe al respeto a la separación entre Iglesia y Estado, y anunció que en su lugar acudirá la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez.
Sheinbaum sostuvo que cualquier postura que tomara generaría críticas, y defendió su decisión ante cuestionamientos sobre la importancia del catolicismo en México, país que alberga a más de 98 millones de creyentes. Además, reconoció el pensamiento progresista del pontífice, pero insistió en que su gobierno mantiene una postura laica.
En redes sociales, analistas y periodistas calificaron su ausencia como un gesto de insensibilidad. Algunos recordaron que el Papa la recibió en febrero de 2024, previo al inicio de su campaña presidencial, lo que aumentó las expectativas de su asistencia al funeral.
La Santa Sede confirmó que más de 50 jefes de Estado y 10 monarcas asistirán al funeral, entre ellos los mandatarios de Estados Unidos, Argentina, Brasil, Francia y Ucrania. La ausencia de Sheinbaum destaca entre la presencia de líderes internacionales, aunque ella reiteró que su gobierno mantiene firme la convicción de respetar el Estado laico.