Una ola de fieles ha colmado la Basílica de San Pedro para rendir tributo al papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años. Hasta este jueves, alrededor de 90 mil personas han pasado ante su féretro, según el más reciente balance del Vaticano, cifra que supera ampliamente los 50 mil asistentes que acudieron a despedirse de su predecesor, Benedicto XVI, en el mismo periodo.
El féretro del pontífice argentino permanece expuesto en capilla ardiente, la cual solo cerró brevemente durante la madrugada del miércoles. Las autoridades eclesiásticas señalaron que, de continuar la alta afluencia, podrían extender nuevamente los horarios de visita. Sin embargo, los fieles tienen hasta las 20:00 horas de este viernes (hora local) para decir adiós al pontífice, momento en el que el ataúd será cerrado en una ceremonia privada.
La misa fúnebre está programada para la mañana del sábado a las 10:00 horas en Roma (2:00 de la madrugada en México). Será una ceremonia de Estado que reunirá a más de 130 delegaciones internacionales, entre ellas jefes de Estado y líderes religiosos. Millones de personas alrededor del mundo seguirán la ceremonia por televisión.
La tumba del Papa será de mármol, procedente de la región italiana de sus antepasados, y llevará grabado únicamente el nombre Franciscus, informó la Santa Sede. Como símbolo de su compromiso con los marginados, un grupo de personas en situación de vulnerabilidad estará presente durante la sepultura en la Basílica Santa María la Mayor, donde descansará finalmente el cuerpo del pontífice.
Francisco —primer papa latinoamericano y primer no europeo en más de trece siglos— marcó un pontificado de 12 años caracterizado por su enfoque en los desfavorecidos, sus llamados a la justicia social y sus enfrentamientos con sectores conservadores dentro de la Iglesia.
“Este papa me acercó a la Iglesia. Para mí, es el papa de la esperanza, de los últimos, de los más débiles”, dijo Donatella Codino, una feligresa italiana que acudió a despedirse del pontífice.
El cardenal chileno Fernando Chomali subrayó el poder de convocatoria de Francisco: “Ha logrado reunir personas de todas partes del mundo, muy distintas entre sí. Creo que ése es el ejemplo que debemos seguir”.
Por su parte, el cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, de posturas tradicionalistas y uno de los 135 cardenales con derecho a voto en el próximo cónclave de mayo, reconoció su labor en favor de migrantes y pobres, aunque subrayó que ahora el desafío será “elegir al sucesor de San Pedro”.
El sacerdote mexicano Miguel Domínguez, quien compartió momentos cercanos con el papa Francisco durante su estadía en el Vaticano en 2013, lo describió como un guía espiritual profundamente humano.
“Fue un gran amigo para mí, un padre. A veces le decía abuelo, y él me decía ‘mi hijo’”, compartió el párroco de Jalostotitlán, Jalisco, en entrevista con Imagen Radio. Recordó que en mayo de 2020, durante plena pandemia, recibió una llamada del Papa justo mientras iniciaba el Evangelio en una misa.
“El Papa nos pedía actuar ante la violencia en México. Sabía lo que pasaba, y nos recordaba que como pastores teníamos una responsabilidad en la formación de valores”, relató Domínguez.
Mientras tanto, en el Aula del Sínodo del Vaticano, se celebró este jueves la tercera Congregación General de Cardenales, con la participación de 113 purpurados. Durante la sesión, se llevaron a cabo nuevas intervenciones y juramentos, conforme a la constitución apostólica Universi Dominici Gregis.
El cardenal Víctor Manuel Fernández fue designado para presidir la Misa del sexto día de los Novendiales, en sustitución del cardenal Kevin Farrell. La liturgia destacará el compromiso de Francisco con los más pobres, valor que inspiró la elección de su nombre papal.
Con su partida, concluye una etapa histórica en la Iglesia católica. “Se cerró un capítulo”, expresó el cardenal Müller. Y ahora, con la mirada puesta en el próximo cónclave, el mundo observa con atención cómo se elegirá al 267° sucesor de San Pedro.