Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos confirmaron la detección de casos de la nueva variante de Covid-19 NB.1.8.1, la cual ha provocado un repunte de contagios en China, Hong Kong y Taiwán. Las primeras detecciones ocurrieron entre finales de marzo y principios de abril en viajeros internacionales, como parte de un programa de vigilancia en aeropuertos. Hasta ahora, se han identificado casos en California, Washington, Virginia, Nueva York, Ohio, Rhode Island y Hawái.
Esta variante, descendiente del linaje XDV, no parece causar una enfermedad más grave que las cepas anteriores, aunque presenta una mayor facilidad de transmisión, según expertos en microbiología. Los síntomas son similares a los de otras variantes: tos, dolor de garganta, fiebre y fatiga. Sin embargo, el aumento de hospitalizaciones en Asia ha motivado medidas preventivas como el uso de cubrebocas y el almacenamiento de vacunas en lugares como Taiwán.
En medio de este brote, el gobierno estadounidense anunció cambios en sus políticas de vacunación. El secretario de Salud, Robert Kennedy, informó que ya no se recomendarán vacunas contra el Covid-19 para niños y mujeres embarazadas sanas, una medida que, según la administración Trump, se basa en evidencia científica y sigue las decisiones adoptadas por países como Reino Unido y Alemania. La FDA también limitará la aprobación de refuerzos a mayores de 65 años y personas con condiciones de salud específicas.