Una jueza en Miami, Florida, ordenó que la cantante Paulina Rubio, su expareja Nicolás Vallejo-Nágera conocido como Colate y su hijo de 14 años, Andrea Nicolás, participen en un proceso de terapia familiar.
La decisión fue tomada durante una audiencia virtual, luego de que el menor denunciara a su madre por una presunta agresión.
Se otorgó un plazo de dos días para que las partes elijan a los terapeutas que los acompañarán en este procedimiento.
El conflicto surgió tras la acusación del adolescente, quien aseguró haber sido sometido a un castigo prolongado de aproximadamente seis horas.
Durante la audiencia, los abogados de ambas partes presentaron versiones contrastantes: el abogado de Colate, Daniel Kent, afirmó que su hijo fue víctima de un trato severo; mientras que la defensa de Paulina Rubio, encabezada por Sandra Hoyos, negó cualquier abuso físico y justificó el acto como una medida disciplinaria ante una conducta inapropiada del menor.
Según el informe de la guardiana asignada por la Corte, el incidente ocurrió cuando Rubio intentó corregir a su hijo retirándole el teléfono móvil.
El menor llamó a la guardiana alrededor de las 21:00 horas y ella solicitó asistencia policial.
Tras hablar con ambas partes, la guardiana concluyó que se trató de un acto de disciplina, sin evidencia concluyente de violencia física.
La disputa legal entre Rubio y Vallejo-Nágera ha sido constante en los últimos años, con múltiples desacuerdos relacionados con la custodia del menor.
La abogada de la cantante sugirió que este nuevo episodio podría ser parte de una estrategia de Colate para trasladar al menor a España y obtener mayores beneficios económicos.
Mientras tanto, seguidores de Paulina Rubio han mostrado su apoyo en redes sociales, asegurando que «no está sola» en esta nueva controversia.
