Este miércoles da inicio en la Capilla Sixtina, en Roma, el Cónclave del Colegio Cardenalicio para elegir al sucesor del Papa Francisco. En la histórica ceremonia, 133 cardenales con derecho a voto menores de 80 años se reunirán a puerta cerrada, sin contacto con el exterior, hasta que se alcance la elección del nuevo pontífice.
El proceso, cargado de simbolismo y solemnidad, consiste en votaciones individuales y secretas, donde cada cardenal escribe su elección en una papeleta firmada y la deposita en una urna. Para que un candidato sea elegido, deberá obtener al menos dos terceras partes de los votos.
Este miércoles sólo se realizará una votación. A partir del jueves, se celebrarán cuatro votaciones diarias —dos por la mañana y dos por la tarde— hasta alcanzar un consenso. Como es tradición, la fumata negra indica que no hubo elección, mientras que la fumata blanca anunciará al nuevo Papa.
Aunque no existe un plazo definido, los dos cónclaves anteriores se resolvieron en dos días. La expectativa crece entre los fieles católicos del mundo, atentos al humo que anunciará la llegada del nuevo líder de la Iglesia.
