El gobierno federal implementó una reforma profunda a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, con la firma de un decreto por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum. La modificación abarca más de 100 artículos y busca cerrar brechas legales para frenar la fabricación, posesión y uso no autorizado de armamento, incluyendo el que se elabora con impresoras 3D o métodos artesanales.
Entre las restricciones más destacadas está la prohibición de vehículos particulares adaptados para el uso de armas, así como la utilización de aditamentos tácticos como visores nocturnos, miras térmicas y punteros láser, salvo en actividades deportivas reguladas como caza o tiro. También se veta la conversión de armas semiautomáticas en automáticas mediante componentes caseros o impresos en 3D.
El decreto otorga a la Secretaría de la Defensa Nacional el control exclusivo sobre el uso y autorización de armas destinadas a la guerra. Solo Sedena podrá permitir, bajo criterios estrictos de necesidad, el uso de este armamento a servidores públicos mexicanos o extranjeros en funciones oficiales. El ingreso de armas por escoltas internacionales requerirá autorización previa de la Secretaría de Relaciones Exteriores con al menos 15 días de anticipación.
Además, se establece que las licencias para portar armas serán intransferibles y podrán ser canceladas. Las empresas de seguridad privada que pierdan su autorización deberán entregar su armamento a instalaciones militares en un plazo de 15 días hábiles. Como medida preventiva, se ordena a los tres niveles de gobierno llevar a cabo campañas permanentes de cultura de paz y desarme.
