Durante el quinto día consecutivo de protestas en Los Ángeles, al menos 25 personas fueron detenidas por incumplir el toque de queda establecido por las autoridades locales. La medida fue impuesta como respuesta a las crecientes manifestaciones contra las redadas migratorias realizadas por fuerzas federales, que han generado tensión entre los residentes de la ciudad.
El toque de queda, decretado por la alcaldesa Karen Bass, entró en vigor el martes 10 de junio a las 20:00 horas y se extendió hasta las 6:00 horas del miércoles 11, con el objetivo de frenar actos de vandalismo y saqueos. Solo residentes del centro, periodistas y personal de emergencia tenían permitido circular durante ese lapso. No obstante, numerosos manifestantes salieron a las calles pese a la restricción.
La Policía de Los Ángeles, a través de su División Central, informó en redes sociales sobre detenciones masivas en puntos como la calle 1, entre Spring y Alameda, donde se concentraron grupos de inconformes. Estas detenciones se suman a las 205 realizadas previamente ese mismo día en distintos hechos relacionados con las protestas.
En paralelo, se suspendieron los servicios de transporte público antes de que comenzara el toque de queda, lo que afectó a decenas de usuarios. Según reportes del Los Angeles Times, la jornada terminó siendo la más calmada desde el inicio de las movilizaciones, en parte gracias a la restricción nocturna y los llamados de líderes comunitarios a protestar de manera pacífica.