Una celebración en la comunidad de San Juan Yosocani, ubicada en el municipio de San Lorenzo, Oaxaca, ha causado polémica tras difundirse imágenes que muestran a niños consumiendo alcohol durante una fiesta que, presuntamente, marcó el matrimonio entre dos adolescentes, identificados como Jackeline y Julio César. El evento, amparado en los usos y costumbres de la región, ha generado fuerte rechazo en redes sociales.
Lo que más ha encendido la crítica pública son los videos del llamado “baile de la calabaza”, una tradición local en la que participantes deben beber cerveza o refresco tras colocar un calcetín al novio. En los materiales compartidos en línea se observa a menores consumiendo directamente de botellas de cerveza, mientras un adulto advierte que no lo suban a redes para evitar problemas.
Hasta el momento, ninguna autoridad estatal ni el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) han emitido un posicionamiento oficial sobre el caso. En México, el Código Civil de Oaxaca establece que la edad mínima para contraer matrimonio es de 18 años sin excepciones; no obstante, en comunidades rurales como San Juan Yosocani, estas normas suelen quedar al margen de las tradiciones locales.
La situación también ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de zonas con altos niveles de marginación. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), más del 85% de la población en San Lorenzo vive en condiciones de pobreza, con graves rezagos educativos, lo que favorece la continuidad de prácticas como el matrimonio infantil.