Más de cinco mil personas se reunieron este domingo en el Zócalo de la Ciudad de México para formar una bandera LGBT monumental con sombrillas y playeras, en el marco de la semana del Orgullo. A pesar de la lluvia, la convocatoria impulsada por el Gobierno capitalino y la Secretaría de Cultura logró llenar la plaza pública más importante del país con un mensaje de visibilidad y celebración de la diversidad.
Durante el evento, participantes compartieron testimonios sobre la evolución de la lucha LGBT en México. José Antonio Tovon recordó los años 80 como una época de fuerte discriminación familiar, mientras que Carlos Miguel, un hombre trans, subrayó que aún persisten los prejuicios: “Volver al clóset ya no es una opción”, afirmó.
Según la Encuesta sobre la Salud Mental de las Juventudes LGBT 2024, más del 50 % de los jóvenes de esta comunidad han considerado el suicidio en el último año, siendo el entorno familiar el principal detonante. La violencia también sigue presente: entre 2014 y 2025 se han documentado al menos 739 crímenes de odio en México contra personas LGBT, de acuerdo con el Observatorio Nacional.
La jornada concluyó entre consignas, música y banderas al viento. “Estamos aquí por quienes ya no están y por quienes vendrán”, expresó Julio Castro, un maestro que participó en el acto. La primera bandera del Orgullo fue creada en 1978 y desde entonces se ha convertido en símbolo universal de resistencia, memoria y visibilidad para millones de personas en todo el mundo.
