Luego de un riguroso proceso de escrutinio eclesiástico, el Papa León XIV eligió al padre José Luis Cerra Luna como el primer obispo mexicano designado durante su pontificado. Originario del clero de la diócesis Matamoros-Reynosa, Cerra Luna fue presentado oficialmente como obispo electo en una ceremonia especial celebrada ante la comunidad católica, presidida por Monseñor Eugenio Lira.
“Estamos muy felices, muy agradecidos con Dios porque a través del Papa León XIV le ha regalado a México y particularmente a Nogales un nuevo obispo, y qué alegría nos da que salga de nuestro clero”, expresó el obispo de la diócesis de Matamoros-Reynosa, Eugenio Andrés Lira Rugarcía, al hacer entrega de las insignias episcopales al nuevo prelado.
José Luis Cerra Luna, quien hasta ahora se desempeñaba como vicario general y párroco de la concatedral de Nuestra Señora de Guadalupe en Reynosa, recibió el solideo y la cruz episcopal, símbolos de su nueva encomienda como obispo electo de la diócesis de Nogales, Sonora. Su nombramiento fue emitido directamente desde el Vaticano, sorprendiendo incluso a la comunidad local.
“Yo les agradezco mucho las muestras de cariño, porque sí ha habido muchas muestras de alegría que ven esto como una bendición de Dios, pero al mismo tiempo se convive con sentimientos de tristeza por mi partida. Yo comparto con todos ustedes los mismos sentimientos; se convive la alegría y la tristeza al mismo tiempo, y eso nos une”, declaró el nuevo obispo.
Cerra Luna recordó el momento exacto en que su vida cambió al recibir la noticia de su nombramiento.
“Más que haberme dormido como presbítero y despertado como obispo, fue en el momento en que el obispo y el nuncio me dijeron que el Santo Padre me había elegido como obispo de Nogales, y que yo dije ‘acepto’. Ese fue el instante en que se transformó mi vida completamente”, relató.
El nombramiento deja vacante la sede de la concatedral de Nuestra Señora de Guadalupe en Reynosa, así como el cargo de vicario general de la diócesis de Matamoros-Reynosa. Al respecto, Monseñor Lira señaló que será un proceso de reflexión y discernimiento determinar quién asumirá estos roles en el futuro inmediato.
“Es algo que tenemos que discernir, pedirle mucho a Dios, dialogarlo con el colegio de consultores, con los vicarios episcopales. La verdad, el padre Cerra nos deja un gran vacío. Yo lo he dicho: pierdo un gran vicario general, pero gano un hermano en el episcopado, y eso es una gran alegría”, concluyó.
