En los primeros cuatro meses de 2025, las remesas enviadas a México registraron una caída del 2.5 % respecto al mismo periodo del año pasado, sumando 19,015 millones de dólares, de acuerdo con el Banco de México. Este descenso pone fin a una racha de cinco años consecutivos de crecimiento y refleja un cambio preocupante para la economía nacional, que depende en gran medida de estos recursos.
El debilitamiento del mercado laboral en Estados Unidos y el temor entre los migrantes a ser deportados tras el regreso de Donald Trump a la presidencia son las principales causas de esta disminución. Además, la propuesta en Estados Unidos de un impuesto del 3.5 % sobre las remesas añade presión e incertidumbre a quienes envían dinero a sus familias en México.
Sólo en abril, las remesas alcanzaron 4,761 millones de dólares, lo que representó una caída anual del 12.1 %, la mayor desde septiembre de 2012, según especialistas. Este descenso tiene un impacto directo en los hogares mexicanos que dependen de estos ingresos para su sustento diario.
Con casi 11 millones de migrantes indocumentados en Estados Unidos, la mayoría mexicanos, las remesas representan cerca del 4 % del Producto Interno Bruto mexicano. México es el segundo país receptor de remesas en el mundo, sólo después de India, por lo que estos cambios afectan significativamente la economía y las familias mexicanas.