El gobierno de Estados Unidos comenzó la construcción de un nuevo muro fronterizo secundario entre el desierto de Santa Teresa, Nuevo México, y la ciudad mexicana de Ciudad Juárez, Chihuahua, en una zona conocida por el tráfico de personas y contrabando. La estructura reforzará el actual cerco metálico, que ha sido dañado por intentos de cruce ilegal.
Construyeron una barrera más alta para reforzar la malla de acero en el muro ubicado en el desierto de Santa Teresa, Nuevo México, a lo largo de la frontera entre EE. UU. y México.
Según un comunicado publicado en el sitio web de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza… pic.twitter.com/K3zB43SzBO
— NMás (@nmas) July 17, 2025
Según información del medio Border Report, el nuevo tramo contempla la instalación de 9.6 kilómetros de muro con estructuras de acero de aproximadamente nueve metros de altura, diseñadas para ser más resistentes ante herramientas utilizadas por grupos delictivos. Las barreras estarán parcialmente rellenas de concreto, lo que dificulta su corte con sierras especializadas.
Esta zona del desierto es considerada uno de los puntos más críticos para el cruce de migrantes, debido no solo a la actividad de contrabandistas, sino también a las altas temperaturas que suelen provocar muertes por deshidratación y exposición. El nuevo muro pretende actuar como un segundo filtro frente a estas amenazas.
Además del reforzamiento físico, el gobierno estadounidense ha desplegado miles de soldados a lo largo de su frontera con México y ha transferido el control de varios kilómetros de terrenos federales al Departamento de Defensa. Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia de contención migratoria.