Al menos 110 personas murieron y 170 más siguen desaparecidas tras las fuertes inundaciones que afectaron Texas el fin de semana, informó el gobernador Greg Abbott. El mandatario aseguró que los esfuerzos de búsqueda continúan y no se detendrán hasta localizar a cada persona.
El condado de Kerr es la zona más afectada, luego de que el río Guadalupe se desbordara tras las lluvias del viernes. En esa área se concentraron la mayoría de víctimas y los operativos de rescate.
Una de las tragedias más graves ocurrió en Camp Mystic, un campamento juvenil donde fallecieron 27 personas, entre niñas, consejeros y el director. El nivel del río subió de 4.2 a 9 metros en una hora y arrasó con cabañas y remolques.
Sobrevivientes fueron encontrados en árboles, mientras que testigos señalaron que el personal del campamento no tenía capacitación en evacuación ni acceso a radios. Pese a ello, algunos consejeros actuaron por su cuenta para poner a salvo a los menores.
A cuatro días del desastre, las condiciones siguen siendo difíciles. Socorristas enfrentan lodo, agua estancada y el impacto emocional de recuperar cuerpos, incluso de niños. Autoridades alertaron sobre la posible llegada de más lluvia en la zona.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, afirmó que el gobierno federal respalda al estado y que se han agilizado trámites para apoyar en la emergencia. Insistió en que las labores directas son responsabilidad de Texas.