Autoridades sanitarias federales y estatales mantienen en alerta al sector ganadero del norte del país, luego de confirmarse un nuevo caso de gusano barrenador en el municipio de Montemorelos, Nuevo León, a pocos kilómetros de la frontera con Tamaulipas. Se trata del segundo caso detectado en las últimas semanas, lo que ha encendido las alarmas por el riesgo de propagación.
El hallazgo se habría producido durante la revisión de un embarque con alrededor de 200 cabezas de ganado, distribuidas en dos jaulas procedentes del estado de Chiapas, donde una de las reses presentó síntomas de infestación. La detección ocurrió dentro de las instalaciones de la empresa Denes, dedicada al procesamiento y distribución de carne de res.
Aunque las autoridades han manejado el caso con discreción, trascendió que personal del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), en coordinación con el Comité Estatal de Fomento, Sanidad y Movilización Pecuaria (CEFOSAMP), ya realiza las labores de control, rastreo y muestreo para descartar la existencia de más animales infectados.
El gusano barrenador del ganado es una plaga considerada de alto riesgo zoosanitario, ya que afecta a animales de cría y puede propagarse rápidamente si no se controla a tiempo. Por ello, se han implementado medidas de bioseguridad y vigilancia en los puntos de movilización pecuaria, así como revisiones aleatorias a embarques provenientes del sur del país.
Este nuevo caso refuerza la preocupación de las autoridades sanitarias y productores del noreste mexicano, ante la posibilidad de que el parásito avance hacia zonas ganaderas de Tamaulipas, una de las entidades con mayor producción bovina del país.
