El huracán “Melissa” continúa azotando el oriente de Cuba con intensas lluvias, fuertes vientos y marejadas ciclónicas, pese a que comenzó a perder fuerza tras tocar tierra. El fenómeno, que el martes alcanzó categoría 5 al pasar por Jamaica, se mantiene como huracán de categoría 3, con vientos sostenidos de 185 km/h y rachas aún superiores.
De acuerdo con el Instituto de Meteorología (Insmet), la interacción del sistema con tierra ha provocado su debilitamiento gradual, aunque sigue siendo un evento meteorológico de gran intensidad. En solo tres horas, entre las 3 y las 6 de la madrugada, se registraron 124 milímetros de lluvia en Contramaestre, Santiago de Cuba, y se estima que los acumulados podrían alcanzar hasta 450 milímetros en las próximas 24 horas, especialmente en zonas montañosas.
El presidente Miguel Díaz-Canel hizo un llamado a la población a mantenerse en resguardo y extremar precauciones, al advertir que esta “será una noche muy difícil para el país”. En total, 735 mil personas han sido evacuadas o reubicadas en casas de familiares, refugios y centros de atención temporal, principalmente en las provincias más afectadas: Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín, Las Tunas y Camagüey.

Las marejadas ciclónicas siguen golpeando la costa suroriental con olas de hasta ocho metros, mientras el fenómeno avanza lentamente hacia el noreste a 19 km/h. En esa dirección, se espera que los vientos más fuertes y las inundaciones se desplacen hacia la costa norte durante las próximas horas.

Por seguridad, dos plantas termoeléctricas fueron detenidas temporalmente y se suspendieron las clases, el transporte público y las operaciones marítimas y aéreas en la región oriental. El sistema eléctrico del país ya muestra afectaciones, en un escenario que recuerda la magnitud del paso del huracán por Jamaica, donde más de medio millón de personas quedaron sin electricidad y comunidades enteras resultaron incomunicadas.






