Por primera vez en la historia reciente de Francia, un expresidente ingresó a prisión. Nicolas Sarkozy, quien gobernó el país entre 2007 y 2012, fue trasladado a la cárcel de La Santé, en París, para cumplir una condena de cinco años por su participación en una red de financiamiento ilegal con fondos provenientes del régimen del fallecido dictador libio Muamar el Gadafi.
El exmandatario, de 70 años, llegó al penal alrededor de las 09:40 horas (07:40 GMT), acompañado por un fuerte dispositivo de seguridad. Decenas de simpatizantes se congregaron a las afueras de su residencia para despedirlo entre aplausos, mientras su esposa Carla Bruni-Sarkozy lo tomaba de la mano. En redes sociales, sus hijos Louis y Pierre Sarkozy pidieron respeto y apoyo hacia su padre.
Sarkozy ocupará una celda individual de nueve metros cuadrados, en el área de aislamiento del penal, equipada con baño, escritorio, ducha y televisión. Según autoridades penitenciarias, la medida busca garantizar su seguridad, ya que en el mismo centro se encuentran presos por delitos graves, como narcotráfico y terrorismo.
A través de un mensaje publicado en X (antes Twitter), el exmandatario reiteró su inocencia y aseguró que enfrenta el proceso “con la cabeza en alto”. “No tengo ninguna duda: la verdad triunfará. Pero el precio que habrá que pagar será abrumador”, escribió. “No es a un expresidente a quien encarcelan hoy, sino a un hombre inocente”.
— Nicolas Sarkozy (@NicolasSarkozy) October 21, 2025
El caso Sarkozy–Gadafi surgió tras una investigación que reveló transferencias millonarias desde Libia destinadas a financiar su campaña presidencial de 2007. Aunque fue absuelto de haber recibido personalmente el dinero, fue condenado por asociación ilícita y conspiración junto a dos de sus excolaboradores. La sentencia, inédita en la historia política de Francia, marca un precedente al convertirlo en el primer expresidente francés en ingresar a prisión desde 1945, cuando Philippe Pétain fue encarcelado por traición.